Una nota publicada en el diario Perfil, da la curiosa noticia. Ariel García, abogado penalista y ex convicto fue el mentor de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales del Ministerio de Trabajo y tiene como objetivo próximo obtener la personería jurídica y gremial.
“El objetivo es que los presos trabajen y ganen un sueldo digno. Eso los mantendrá activos, cansados y no tendrán ganas de salir a robar”, argumentó García.
Algunos de los afiliados son “el Loco del Martillo”, liberado hace un año y medio, Carlos Caccia, condenado por participar en el secuestro del empresario textil Abraham Awada, y Adolfo Martín Parafita, el ladrón que asaltó 32 bancos bajo la modalidad exprés, por citar a los más famosos.
García explica que a los presos que trabajan en la cárcel “les dan un peculio de 4 pesos por día que no les alcanza para nada”. La idea, señala, es “que puedan vivir del trabajo que ellos mismos generan y que con su sueldo puedan mantener a sus familias y pagar a sus abogados”,
Según la Ley 24.660, de ejecución de la pena privativa de la libertad, “el trabajo constituye un derecho y un deber del interno, es una de las bases del tratamiento y tiene positiva incidencia en su formación”, y no debe imponerse como castigo.