El Hospital Universitario Austral (HUA) elaboró un informe sobre la necesidad de cuidar la piel, que es afectada por el sol sobre todo durante las vacaciones de verano en las que se busca estar bronceado y se la protege poco de los rayos solares. Son siete factores de riesgo de la piel que alertan sobre la posibilidad de padecer cáncer de piel y pueden prevenirse o tratados a tiempo para que no se agraven.

Ignacio Rébora, jefe de residentes de Dermatología del HUA, consideró que "todas las personas deberían visitar al dermatólogo una vez al año, especialmente si presentan uno o más factores de riesgo de cáncer de piel".

Rébora indicó que "detectarlo a tiempo es fundamental para evitar metástasis y complicaciones, por eso es fundamental conocer la lista de los siete factores a los cuales hay que estar atento".

Los factores son aquellas características de la piel que implican una mayor probabilidad de padecer una enfermedad.

El primer factor que hay que tener en cuenta es el color de piel, ojos y pelo, debido a que las personas de ojos claros y piel clara que se enrojece con el sol y les cuesta broncearse poseen un riesgo mayor de cáncer de piel.

El otro es el enrojecimiento, sobre el cual Rébora explicó que "cuanto más precoz aparece luego de haber estado al sol, mayor es el riesgo de cáncer de piel".

El factor hereditario es otro de los aspectos que debe tenerse en cuenta porque la genética de por sí es un mecanismo de control del cáncer de piel.

Pero si un gen falla, el riesgo es mayor porque la persona hereda una falla en el mecanismo de control de defensa ante los rayos solares.

Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el haber tenido lunares de riesgo o atípicos, cuya aparición incrementa la posibilidad de cáncer.

Pero uno de los factores más importantes es la exposición al sol, porque el riesgo de cáncer de piel es proporcional a la cantidad de tiempo que una persona pasa bajo los rayos solares.

Rébora explicó que "existe una asociación estrecha entre exposición solar durante la infancia y el desarrollo de lunares".

La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) indicó que la mayoría de los casos de melanoma, cerca de los dos tercios, se asocia a la cantidad de exposición solar.

También, es de riesgo el haber tenido tumores de piel y sufrido quemaduras solares en la infancia. Rébora precisó que "la piel recuerda cada una de las lesiones que padeció a lo largo de la vida y por eso, episodios de quemaduras graves durante la infancia provocan la aparición de manchas, lunares y arrugas, y aumentan el riesgo de cáncer".

El cáncer de piel es el que más afecta a la población de piel blanca, superando al de mama, colon y próstata.

Por esa razón se recomienda para cuidar la piel a la hora de exponerse al sol, buscar la sombra en las peores horas, usar ropa y accesorios como gorros o sombreros y anteojos negros.

"Hay que aplicarse protector solar factor de protección 15 o más, 30 minutos antes de la exposición al sol y cada 2 horas", dijo el médico.

Otro de los consejos es no exponer demasiado al sol a los menores de 1 año y a partir de los 6 meses colocarles protectores solares y recordar que ciertos medicamentos pueden causar reacciones en la piel con el sol.

Fuente: Télam