El gato se llamaba Sasha. A mediados de marzo, su dueño lo vio en la terraza jugando con otro gato de la familia y con un murciélago. Le avisó a su papá y éste le indicó que hiciera que las mascotas entraran en la casa. Pero Sasha se quiso quedar y el chico lo dejó.
Unos 15 días más tarde, la familia comenzó a notar que el estado de salud del gato variaba y el animal comenzaba a estar decaído. El 2 de abril lo llevaron a una veterinaria de urgencia. El hombre notó que los síntomas eran contradictorios y resolvió derivarlo a un tercer veterinario que lo internó. En esos días, el felino mordió al chico, sus padres y al veterinario (todos están en observación).
El gato falleció al día siguiente y fuentes médicas confirmaron que el animal estaba infectado de rabia y que contrajo el virus de un ratón.
Lo preocupante es que hay unos 190.000 perros y gatos que aún no están vacunados y que podrían estar en riesgo o poner en riesgo a sus dueños en la ciudad, en especial en los barrios de Caballito y Almagro, lugar donde vive la familia de Sasha, según publicó el diario La Nación.
Ante esta problemática sanitaria, el gobierno de la ciudad lanzó una campaña de vacunación y de difusión de los síntomas de la enfermedad en distintos lugares, como las esquinas de Yatay y Yerbal, y las avenidas Rivadavia y La Plata. También estarán en Yatay 50, justo frente al edificio en el que vivía el gato infectado. En total, se aplicaron vacunas a 380 perros y a 157 gatos.