Bajo el lema "Madre, ayúdanos a trabajar por la paz", la tradicional caminata culminó en la mañana de este domingo con una misa a las puertas del imponente santuario, presidida por el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli.
La caminata se había iniciado en el mediodía de este sábado cuando miles de personas partieron desde el santuario de San Cayetano, situado en el barrio porteño de Liniers, acompañando la imagen de la Virgen de Luján.
Los peregrinos, en su mayoría jóvenes, recorrieron a pie los 60 kilómetros que separan Capital Federal de la ciudad de Luján.
En su homilía, Poli pidió a la Virgen por un país "más fraterno" y en el que los argentinos se consideren "hermanos".
"En la patria, somos hermanos y la fraternidad la necesitamos para seguir adelante", dijo, quien destacó el esfuerzo de los caminantes que llegaron a "la casa de la Virgen" "pasados de agua".
"Lo que más quiere la Virgen es que vivas libre de todo lo que te esclaviza, comenzando por el pecado", sostuvo.
"Más allá del llamado del papa Francisco a rezar por la paz en Medio Oriente, estuvo presente, en la oración de los peregrinos, un pedido por la paz en los barrios, en las familias y en los vínculos", explicaron los organizadores en un comunicado.
De la peregrinación participan tradicionalmente grupos católicos juveniles, de parroquias y movimientos eclesiales, pero esta vez hasta se sumó la agrupación kirchnerista La Cámpora, que pidió a la Virgen por un país "sin buitres".
Cerca de 5.000 voluntarios asistieron a los peregrinos a lo largo del camino, donde se dispusieron sesenta puestos sanitarios y una veintena para dar alimentos e infusiones en forma gratuita.
Además, colaboraron la Cruz Roja y la Defensa Civil, mientras las autoridades dispusieron el envío de efectivos de diversas fuerzas de seguridad para custodiar a los peregrinos y ordenar el tránsito.
Asimismo, se reforzaron los servicios de transporte público para el regreso de los fieles a Buenos Aires.
La peregrinación, que se realiza desde 1975 y comenzó siendo una marcha de jóvenes a Luján, se ha convertido en una demostración de fe que trasciende fronteras, ya que numerosos fieles de países vecinos viajan especialmente para realizar el trayecto a pie.
Fuente: EFE