Mano dura para los alumnos en las escuelas de Gran Bretaña. Es que una nueva política del Gobierno instaló que los docentes ingleses "podrán hacer uso razonable de fuerza física para detener peleas en los colegios o controlar a alumnos que se porten mal o perturben el desarrollo de las clases". De acuerdo con nuevas directrices anunciadas ayer los coscorrones, los zamarreo, los empujones y la intervención de la policía no serán entendidas como represión sino como control de la situación.