Antes de esa fecha, el conductor, ahora inhabilitado para manejar vehículos en la vía pública, había cometido 52 infracciones de tránsito, tras lo cual la Municipalidad procedió a retirarle la licencia. No conforme con la decisión del municipio, el hombre acudió a un pueblo vecino donde obtuvo un nuevo carnet que le permitió seguir al frente del volante, tras lo cual protagonizó 12 infracciones más.
El Juzgado Correccional en turno, a cargo de Eduardo Costa, secretaría a cargo de Marcelo Vienna, fundó su decisión en la pericia psicológica a la que fue sometido el conductor en cuestión, que arrojó como resultado “una personalidad intolerante con signos manifiestos de desprecio por la vida”, lo cual a consideración de la Justicia, lo constituye en un conductor peligroso, no sólo para su propia vida, sino también para terceros, como quedó probado en la causa.