La sonda Phoenix no reportó buenas noticias en su búsqueda de rastros de vida en Marte: posiblemente el planeta rojo fue siempre demasiado salado para que haya podido surgir vida allí.
Según publican científicos de la Universidad de Harvard en la revista Science, nadie discute que alguna vez hubo agua en estado líquido en el planeta vecino a la Tierra.
Pero el líquido elemento, señalaron, puede haberse tratado de una especie de salmuera en la que la vida, tal como la conocemos, es prácticamente imposible, consigna un despacho de la agencia de noticias alemana DPA.
Los científicos analizaron detenidamente los datos minerales con los que el robot marciano Opportunity aportó indicios de antiguas existencias de agua en el planeta rojo.
"Mientras Marte hoy es un lugar inhóspito para vivir, siempre tuvimos la sensación de que hace mucho tiempo pudo haberse parecido más a la Tierra", expuso Andrew Knoll, coautor del estudio.
Sin embargo, las nuevas evidencias indican que Marte era un lugar inhóspito hace ya miles de millones de años. "No importa cuán atrás nos remontemos en la historia marciana. Quizá nunca encontremos un momento en el que el planeta realmente se haya parecido a la Tierra", admitió el científico.
Knoll y sus colegas sacaron estas conclusiones a partir de los depósitos de sal de las formaciones rocosas (de 4.000 millones de años de antigüedad) hallados en el lugar donde aterrizó el Opportunity, considerado una de las zonas consideradas como las más húmedas y amables en el pasado marciano.
De acuerdo al análisis, el agua en Marte era, sin embargo, más salada de lo que cualquier organismo terrestre puede soportar. "Esto no excluye alguna forma de vida de un tipo que aún desconocemos", dijo Knoll.
"Pero la vida que pueda surgir en un entorno así de salado" necesitaría, para sobrevivir, "una bioquímica totalmente diferente a la del organismo terrestre más tolerante a la sal". E incluso éstos se desarrollaron en agua con menor contenido de agua, expuso.
"Desde hace siglos, las personas saben que la sal impide el crecimiento de microbios", agregó Nicholas Tosca, colega de Knoll, y explicó que "ese es el motivo por el que la carne era curtida con sal antes de la invención de la heladera".