Una nueva investigación dio a conocer un dato, más bien una advertencia. Los resultados indicaron que las mujeres casadas que guardan silencio durante una pelea conyugal tienen mayores chances de morir de un ataque cardíaco y otros trastornos que las que no se callan la boca y expresan lo que sienten y piensan. Sin embargo, para los hombres todo es distinto: paradójicamente a los hombres casados que se callan durante una discusión marital tienen idéntica expectativa de vida que los que hablan, según este estudio que duró diez años.

La principal autora de este estudio, la especialista en Epidemiología Elaine Eaker, de Gaithersburg, Maryland, dejó en claro el mensaje: "Cuando una mujer tiene un conflicto con su cónyuge, el hecho de expresar lo que siente ayuda".
Según reprodujo este martes el diario Clarín, este estudio, publicado en Internet por "Psychosomatic Medicine", nació con el objetivo de analizar la relación entre el stress conyugal y las enfermedades coronarias o la muerte. Se les preguntó a tres mil hombres y mujeres por qué temas peleaban y si trasladaban al hogar los problemas de trabajo.

Entre los resultados obtenidos se pudo saber que, en líneas generales, el matrimonio mejora la salud, en especial la de los hombres: los casados viven siete años más que los solteros. En el caso de las mujeres, las casadas viven dos años más. Como grupo en general, el de los casados tiene mejor salud mental que los que nunca se casaron.

Sin embargo, cuando se compara a las parejas felices con las desdichadas, la influencia del matrimonio en la salud tiene más matices. Los estudios relacionan a las desavenencias conyugales con un mayor riesgo de infartos periódicos en las mujeres de entre 30 y 65.

Más recientemente, investigadores abocados a estudiar a parejas casadas identificaron determinadas conductas que parecen agravar los riesgos para la salud, de las mujeres en especial.

Michael Rohrbaugh, codirector del Laboratorio de Investigaciones Familiares de la Universidad de Arizona, que está llevando adelante un estudio con cardíacos, comentó que los pronombres personales que las parejas usan al hablar -"yo" o "nosotros"- parecen anticipar cuál será el futuro del corazón de un cónyuge en los siguientes seis meses.

"La idea colectiva de que ambos están juntos en algo es importante" explicó Rohrbaugh. Para Janice Klecolt-Glaser, profesora de Psicología en la Universidad del Estado de Ohio. “No es que esté mal que se discutan los desacuerdos. Las parejas deberían discutir o hablar de las cosas que no funcionan. Es la calidad de la discusión lo que importa".