Una médica de la Universidad de San Pablo creó un test para medir el "coeficiente sexual" de los humanos y evaluar su calidad de vida sexual. Según publicó el diario Clarín, el estudio es para varones y mujeres y es de fácil utilización. Sin embargo, ya se escucharon las voces en contra que señalan que la intención de rotular remite a una "cultura coitocéntrica" que no entiende que el sexo es más que la penetración.

Carmita Abdo es coordinadora del Proyecto Sexualidad del Instituto de Psiquiatría del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo y la creadora del test de coeficiente sexual masculino y femenino. Investigadora desde hace 30 años, Abdo indicó que "fueron creados para ser de fácil utilización" porque "tienen un lenguaje accesible" y que no buscan reducir la sexualidad a una cifra. En el test, se suman puntos según la respuesta. A cada pregunta se puede contestar "nunca", "raramente", "algunas veces", "la mayor parte de las veces", o "siempre". El resultado va desde excelente hasta nulo.

Sin embargo, la iniciativa de Abdo no cosechó demasiados apoyos en el universo científico. "La calidad de una relación sexual puede variar dentro de una pareja y más aún cuando cambia el eventual compañero. Quizás como signo del posmodernismo, un índice que busca estimar promedios permanentes sólo pretenda acompañar la colectivización del gusto y de las conductas", opinó el ginecólogo Edgardo Rolla. Y agregó: "La actividad sexual es clave para el desarrollo personal. No deberíamos rotularla, clasificarla o masificarla".

Por su parte, Analía Tablado, presidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil, coincidió al decir: "Un score sexual no parece un método válido para evaluar la calidad de vida sexual. No sólo porque el desempeño varía sino porque lo que para uno puede ser satisfactorio tal vez no lo sea para otra persona: hay quienes pueden tener una relación muy placentera sin llegar necesariamente a un orgasmo y otros que, si no lo alcanzan, la pasan mal".

Finalmente, Gustavo Rodríguez Baigorri, urólogo y sexólogo del hospital Tornú, distinguió: "No se puede limitar la sexualidad a la genitalidad; la sexualidad tiene que ver con el erotismo, la pasión, el enamoramiento, con la identidad de género y la genitalidad remite sólo al tipo de coitos". Y advirtió: "Vivimos en una cultura occidental netamente coitocéntrica en donde la sexualidad no es entendida como algo más que una erección. Un buen amante no es quien tiene el pene más grande o quien alcanza más orgasmos, sino quien tiene la capacidad de entender cuál es la necesidad de placer del otro".