El ambiente festivo no logra ocultar que muchos seguidores de Jesús rezarán en estas fechas por salvaguardar el futuro de su fe en una tierra donde fueron mayoría durante siglos.

Aunque la localidad cisjordana de Belén acapara toda la atención en Navidad por albergar el lugar donde nació Cristo, Nazaret -enclavada en la bíblica región de Galilea- también se viste estos días de lucecitas y árboles con guirnaldas y estrellas.

Jesús pasó casi toda su vida y dio su primer sermón en Nazaret, entonces un pequeño poblado de cuyo nombre deriva la palabra cristianismo en las lenguas árabe y hebrea.

Allí, no sólo participan en las celebraciones navideñas los cristianos, sino también algunos musulmanes y judíos llegados de localidades vecinas, según Catherine Dupeyron, autora del libro "Cristianos en Tierra Santa".

"Hemos vivido persecuciones y masacres, pero mantuvimos la fe ininterrumpidamente durante 2.000 años. Ahora vamos hacia la desaparición y a nadie en el mundo le importa", lamenta el octogenario Fuad Farah, en la Basílica de la Anunciación, construida donde la tradición sitúa la visita del Arcángel Gabriel a la Virgen María.

Los árabes cristianos han pasado en sesenta años de suponer una décima parte de la población de Israel a un anecdótico 1,7 por ciento.

En concreto, Nazaret tenía en 1948 -año de la creación del Estado judío- un 57 por ciento de población cristiana, frente al 32 por ciento actual.

Aún así, sigue siendo el bastión del cristianismo en Israel, con la mitad de los 110.000 árabes en el país que creen que el Mesías llegó a la Tierra hace dos milenios.

Un colectivo cuya pérdida de peso demográfico parece imparable por culpa de la emigración y de la tasa de natalidad más baja del país.

Los árabes cristianos suponen en torno a un dos por ciento de la población de Israel, pero un 2,7 por ciento de los que emigran, ilustra Abu Nasar.

Wadei Abu Nasar, ex representante de la Iglesia Católica, recurre a la jerga cristiana para definir su "compleja" situación: "Somos como la Santísima Trinidad: árabes, cristianos y ciudadanos del Estado judío. No es fácil".

Fuente: EFE