En rigor, no fue sólo esa cuadra la afectada por los cortes de luz en el centro. En otras cuadras de calle Rioja y también sobre San Luis no había servicio cuando los comerciantes llegaron a abrir sus negocios.
De hecho, a las 10 de la mañana, muchos no habían podido abrir sus puertas aún, en algunos casos porque justamente el sistema para abrir las persianas es eléctrico, en otros porque no podían usar computadoras y cajas registradoras, y en otros no lo hicieron por la inseguridad: la mañana estaba muy oscura y temían que la oportunidad fuera aprovechada por ladrones.