Los goles del conjunto de Jorge Burruchaga fueron obra de Franco Jara y Matías Pérez, ambos en el primer tiempo, mientras que en el segundo descontó Joaquín Boghossian.
Los de Roberto Sensini, que dependían de sí mismos pero necesitaban sí o sí un triunfo, tuvieron la posesión de la pelota casi todo el partido pero carecieron de orden e ideas claras.
En la etapa inicial, buscaron arrimar peligro al arco de Cristian Campestrini pero de nada sirvieron las combinaciones entre Mauro Formica y Jorge Achucarro por derecha, ni los pelotazos para Boghossian.
Newell´s era pura impotencia y no encontraba la manera de compensar el daño que su rival le hacía de contraataque, vía por la que llegaron los dos goles de Arsenal.
En el complemento, el Rojinegro comenzó a inclinar la cancha de a poco y a los 7 minutos llegó el tanto del delantero uruguayo, que fue habilitado en el área y definió sobre la salida del arquero.
Desde entonces, con el ánimo renovado, la Lepra salió a buscar el empate pero fue cayendo en la desesperación, que comenzó a manifestarse con los centros aéreos para la torre de Montevideo, que se las arreglaba para ganar pero muy incómodo.
Desde el fondo y en pelotas paradas, Juan Insaurralde y Rolando Schiavi también tuvieron sus chances pero no era la noche del elenco rosarino.
De esta manera, Newell’s sufrió una gran frustración y decepcionó a todo el estadio, que de todas formas despidió al equipo con aplausos. Y con la ilusión de que Banfield vuelva a tropezar, ya que, si no, será el que dé la vuelta olímpica este certamen.