Lalo Falcioni
La cara del médico de Newell´s pidiendo el cambio lo decía todo. Ignacio Scocco se tiró al piso, se mordió los labios, se tapó la cara con la camiseta y finalizó su secuencia de descarga emocional con un puntapié al banco de suplentes visitante del Cilindro de Avellaneda. Un rato antes, Nacho había marcado un gol con su sello y en un par de corridas le había dicho a todo el mundo que ahora sí estaba de regreso.
Por todo eso, la nueva lesión muscular del delantero de la Lepra no es igual que las anteriores. Todos en Newell´s, desde el presidente hasta el último hincha, entiende que Scocco no es un jugador más para el equipo. En su mejor nivel, como el que demostró en el primer tiempo ante Racing, es irreemplazable.
Ni Cáceres, ni Casco, ni Ponce, ni López, ni Tévez, ni Figueroa hicieron tanto ruido como el que hace este nuevo inconveniente físico de Nacho, sin dudas unos de los delanteros más importantes de la historia rojinegra. En todo caso, la interminable lista de lesionados de julio hasta aquí potencia la bronca por esta reincidencia del artillero.
Los hinchas, lanzados a jugar el juego que mejor juegan y que más les gusta, piden la cabeza de alguien. Aunque no sepan muy bien de quién. Le apuntan al técnico, al médico, al preparador físico; pero todos tocan de oído. Y los profesionales que están en condiciones de aportar datos útiles al respecto, se niegan a hacer declaraciones públicas para no “mandar en cana” a colegas.