La selección olímpica de fútbol de Nigeria se aseguró este martes en Shanghai una medalla en los Juegos al derrotar a Bélgica por 4-1, por lo que jugará la final del sábado, en el Estadio Nacional de Pekín, contra el ganador de Argentina-Brasil.

Nigeria tomó las riendas del encuentro desde el primer minuto, presionando constantemente en el centro del campo para hacerse con el control del balón y empujarlo hacia el área europea con un juego nervioso, ágil y rápido, que volvió loco a todo el equipo belga hasta que llegó el desempate.

Tras una serie de intentos y rebotes en la defensa rojiblanca, Odemwingie recibió el balón y, de un pase que rebotó en un jugador belga, lo puso a los pies de Adefemin, que lo metió en la red de un disparo al que no llegó Bailly al minuto 17.

La segunda parte del encuentro, que fue presenciado por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, recobró la energía del inicio del partido, pero esta vez fue Bélgica la que sacó la garra que la convirtió en la sorpresa de la competición y tomó la iniciativa.

Sin embargo, Nigeria se afianzó una medalla en el minuto 58, cuando un pase de Odemwingie a Anichebe, y de éste a Ogbuke Obasi, que se había quedado solo ante el arquero sin incurrir en fuera de juego, puso el 2-0 en bandeja al delantero del 1899 Hoffenheim (Alemania), que lo marcó rematando con el empeine del pie izquierdo.

Tras varias ocasiones nigerianas, el 3-0 llegó con un pase de Nsofor Obinna de nuevo a Ogbuke Obasi, que tiró desde fuera del área a media altura para marcar el tanto pegado al palo al minuto 71.

Tras un saque de córner, Okonkwo puso el 4-0 tirando también desde fuera del área, entre tres defensas y un compañero, para marcar un gol parecido, que tocó en el palo y entró por abajo en la red para desesperación de Bailly, que no llegó a tiempo a despejar con las manos a los 78.

El 4-1 definitivo lo firmó Ciman de falta directa (a los 88), de un tiro que pasó a la izquierda de la barrera nigeriana y entró pegado al palo derecho pese a la salida de Vanzekin.