No hay pruebas científicas de que la exposición a los campos electromagnéticos de bajo nivel de los teléfonos móviles y otros dispositivos de transmisión ocasione efectos adversos para la salud, según un informe presentado por un Comité de Expertos de Noruega. El Comité asesora a las autoridades sobre la gestión de riesgos y las prácticas reguladoras.

El grupo ha evaluado los riesgos para la salud de los campos electromagnéticos de bajo nivel generados por transmisores de radio. Estos campos electromagnéticos se encuentran alrededor de los teléfonos móviles, teléfonos inalámbricos y redes, estaciones base de telefonía móvil, transmisores de radiodifusión y otros equipos de comunicación. El Comité ha evaluado la potencia de los campos, si representan un riesgo para la salud, la práctica reglamentaria actual, y si se cumplen los valores umbral límite de exposición.

El Comité no encontró pruebas de que que estos campos aumenten el riesgo de cáncer, alteren la fertilidad masculina, causen daños reproductivos o conduzcan a otras enfermedades y efectos adversos para la salud, tales como cambios en el sistema endocrino y el sistema inmunológico.

Tampoco ha encontrado que los teléfonos móviles y otros equipos pueden causar problemas de salud tales como la hipersensibilidad electromagnética, aunque eso no significa que los síntomas de ésta sean imaginarios, matizan.

Dado que no existen incertidumbres en la evaluación de riesgos de los campos electromagnéticos de bajo nivel que justifiquen la introducción del principio de precaución, el Comité considera que la cautela general es suficiente. Esto significa que la exposición no debería ser mayor que el necesario para conseguir el objetivo pretendido.

Siempre hay un elemento de incertidumbre en todas las evaluaciones de riesgos. En este caso, el Comité considera que la incertidumbre es pequeña. Cierta incertidumbre está asociada con una alta exposición a través del tiempo, como un amplio uso de teléfonos móviles durante varias décadas. Hasta ahora, esto ha sido imposible de estudiar. Los registros de cáncer deben seguir el desarrollo de la incidencia del cáncer en el futuro y la investigación no debe cesar.

Fuente: Tendencias 21