Valentín Fuster es uno de los cardiólogos más prestigiosos a nivel internacional y plantea la preocupación  acerca del futuro de las enfermedades cardiovasculares debido a la obesidad, tanto para los países ricos como para los más pobres: “La obesidad da lugar a la presión arterial alta, al colesterol y también a la diabetes. Hoy en día, en países avanzados la obesidad crece por las grasas, y en los países pobres sucede lo mismo, puesto que lo que allí es más barato son los hidratos de carbono. En ambas partes del planeta se llega al mismo problema. Por esto la previsión de un futuro para las enfermedades cardiovasculares es muy preocupante”, apunta el profesional.

 

A sus 65 años, este barcelonés residente en Nueva York cuenta con cuatro de los galardones más importantes científicos de las cuatro organizaciones más prestigiosas del mundo en su especialidad: la Asociación Americana del Corazón, el Colegio Americano de Cardiología, la Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Interamericana de Cardiología.

 

Fuster explica que las enfermedades cardiovasculares no han aumentado sino que “por cada edad han disminuido. En realidad la vida se ha prolongado 6 años. Lo que ocurre es que la mortalidad no ha disminuido, y lo que va a suceder es que la enfermedad va a aumentar y la mortalidad también hará lo propio debido a la obesidad que es la gran enemiga del corazón”.

 

Los avances médicos aumentan a la vez que el nivel de vida saludable desciende, Fuster apunta que “lo que tenemos todos los seres humanos para llegar a esa vida saludable es una lucha, hay una gran diferencia con el cáncer. En el caso del corazón, hay una lucha entre el mundo de consumo que uno vive y lo que uno debería hacer, porque todo el mundo sabe lo que hay que hacer para estar sano, solo hay que proponérselo; en el segundo caso, el gran problema es que el 25% de los cánceres no se pueden prevenir y esto sí que es una tragedia”, se lamenta.

 

La salud mental está relacionada con la cardiovascular y viceversa: “El corazón básicamente palpita cuando hay un estrés emocional, si éste es muy agudo puede provocarse un infarto de miocardio; por otro lado, el corazón por sí mismo cuando está enfermo puede dar una sensación de frustración en el cerebro”.

 

Fuster propone, para las nuevas generaciones de médicos “lo que llamo las cuatro T´s: Tiempo para reflexionar (pensar con calma durante 10 o 15 minutos, para diferenciar lo prioritario de lo secundario), talento a descubrir (buscar para lo que realmente sirve cada uno, y no intentar conseguir objetivos inalcanzables que aumentan la neurosis), transmitir actitudes positivas (dar más que recibir forma parte de la felicidad), y tutelar a la gente joven (entendiendo como tal a cualquier persona, porque todos somos unos inmaduros y necesitamos gente que nos ayude)”.

 

Fuente: Europa Press