El frío llegó, por fin. Este miércoles, la mínima pronosticada en 8 grados fue superada por un viento sureño que bajó la sensación térmica a los dos grados bajo cero, bien temprano. Y para lo que resta de la semana, el Servicio Meteorológico Nacional prevé más frío, incluso mínimas de cero grado y máximas de tan sólo diez grados.

Ante este panorama, la Secretaría de Salud Pública emitió un comunicado con recomendaciones “ante la llegada de una ola de frío polar”, para evitar enfermedades, sobretodo en la población infantil, la más vulnerable.

Para evitar problemas respiratorios en niños, se aconsejó cuidarlos convenientemente del frío, completar el esquema de vacunación y realizar los controles pediátricos. También se debe asegurar la lactancia materna para que las defensas sean más altas, extremar los cuidados en niños de bajo peso al nacer o prematuros y abrigarlos con prendas que le permitan una buena movilidad.

Asimismo, los profesionales sugirieron que los bebés duerman boca arriba, con los brazos libres, por afuera de la ropa de cama y que lo hagan en sus cunas. En caso de observar en los chicos una respiración rápida, hundimiento del pecho, poca ingesta de líquido, fiebre y problemas para despertarse, se recomienda concurrir al centro de salud más cercano.

Alerta en casa

En cuanto a los ambientes domiciliarios, se deben evitar los lugares muy cerrados con poca ventilación, el hacinamiento y la contaminación por el humo del cigarrillo, ya que favorecen las infecciones y profundizan riesgos.

Con respecto a las intoxicaciones por monóxido de carbono, hay que controlar los artefactos para calefaccionar y ventilar adecuadamente los ambientes, debido a que el gas emanado por una mala combustión puede provocar accidentes domésticos.

El monóxido de carbono se genera por la combustión incompleta de gas natural, el gas licuado, el kerosene, el carbón, la leña, la gasolina —motores de combustión—, madera, papel y aceite, entre otros. Es un gas altamente venenoso que no tiene color, olor ni sabor y es casi imposible de detectar.
El gas genera en las personas síntomas como confusión, mareos, dolores de cabeza, zumbido de oídos, nauseas, vómitos, palpitaciones, parálisis, convulsiones, coma y, en caso de concentraciones muy altas, puede derivar en la muerte.

En síntesis, la Secretaría de Salud Pública recomendó no dejar braseros ni artefactos encendidos de noche, en los ambientes donde funcione un artefacto para calefaccionar, asegurar una buena ventilación debido a que la llama consume oxígeno. Además, ventilar los ambientes permite la salida del monóxido de carbono. En caso de percibir olor a gas, no accionar las llaves de luz ni artefactos eléctricos y cerrar las llaves de paso de gas y ventilar el ambiente.

Por otra parte, se hace impresindible controlar que la llama de los mecheros sea de color azul. Si el color de la misma es amarillo se está produciendo monóxido de carbono. Ante esta situación, apagar el artefacto inmediatamente y revisar el quemador por un gasista matriculado.

Es por eso que las reparaciones en los artefactos deben ser realizadas por un gasista matriculado, así como es vital no instalar calefones catalíticos en los dormitorios y controlar con frecuencia que el conducto de evacuación al exterior de gases no esté obstruido, abollado o desconectado.