Luego de tres semanas de internación en Chile para superar su adicción al alcohol, Ariel Ortega fue dado de alta y ya realizó trabajos en las instalaciones de River. El Burrito pasó los últimos días en una institución del país trasandino en medio de su rehabilitación, en la que contó con la compañía de su esposa y sus hijos.

El delantero jujeño volvió a River aunque no integró la delegación que disputa actualmente en Corea del Sur la Copa de la Paz sino que permaneció en Buenos Aires.

Ortega debió intensificar su lucha contra la adicción, ya que el tratamiento ambulatorio que había realizado anteriormente no había dado los resultados esperados.

Por lo tanto, y a pedido del entrenador Daniel Passarella, el futbolista se internó en una clínica especializada en Santiago de Chile.