La tormenta del martes a la noche volvió a modificar el escenario urbano de la ciudad. A las calles anegadas por la lluvia o los árboles caídos que bloquearon el paso se sumaron distintas manifestaciones de lo que significó el paso de ráfagas de viento de hasta 61 kilómetro por hora. Entre ellas una luz del alumbrado público que quedó colgando a una altura al alcance de los peatones.