Weber implementó el método de votación planetaria que alumbró las nuevas 7 maravillas del mundo, el 7 de julio de 2007, que fue muy criticado por la Unesco y personalidades de diversos sectores.
La Unesco, en su página web, dice textualmente que "no es suficiente reconocer el valor emocional de algunos sitios", y agrega que "éstos deben ser evaluados con un criterio científico".