Aunque la rentabilidad del negocio nunca se puso en juego, la chica consideró como horrorífica la imagen de cientos de hombres teniendo sexo con una muñeca con sus proporciones y rasgos.
“Me niego a colocar mi imagen en algunas cosas. Dijeron que cada unidad sería vendida en 50 mil dólares, pero ni así acepto”, dijo la rubia, mostrándose inalterable es su decisión.