Este viernes se realizó en Rosario la “Jornada de revitalización y fortalecimiento del ejercicio de la partería”. El encuentro tuvo por objetivo analizar un proyecto de ley sobre el ejercicio profesional de la obstetricia en Argentina. La inscripción a la carrera en la UNR se suspendió en 1979 y “desde entonces –sostienen los parteros– perdimos espacio en las áreas de Salud y en la sociedad". Al mismo tiempo, afirman que “el incremento de cesáreas está íntimamente ligado a ese desplazamiento”.
Tras la sanción de la ley de Salud Reproductiva se retomó el concepto de embarazo y parto asistido que implica la tarea de seguimiento de la mujer no sólo en el momento del parto, sino también durante los meses previos. Sin embargo, aunque en otras provincias los obstétricos, comúnmente llamados parteros, han ido recuperando el espacio perdido, en Santa Fe, el proceso parece ser más lento. Al menos así, lo entiende Liliana Sayaz, presidenta del Colegio de obstetras de la 2ª Circunscripción de Rosario, que convocó a un encuentro nacional para analizar la situación que atraviesa la profesión en todo el país e impulsar una ley que reivindique su tarea.
La 2ª Circunscripción comprende, además de Rosario, las ciudades de Cañada de Gómez, San Lorenzo, Villa Constitución y Villa Gobernador Gálvez, entre otras, y reúne actualmente a 40 obstétricas (todas mujeres) que se graduaron antes de 1979 en Rosario o bien estudiaron en otras provincias, en años posteriores.
“Una de las razones que influyó de forma directa en la pérdida paulatina de nuestro espacio en la Salud y en la sociedad es el cierre de la carrera en la Universidad Nacional de Rosario en ese año, hecho que en los papeles figura como «suspensión de inscripciones»”, explica Sayaz a Rosario3.com. Y agrega que antes de que eso ocurriera, “la licenciatura en obstetricia tenía una duración de cuatro años y dependía de la Escuela de Enfermería de la UNR”.
Los parteros afirman que “se hacen más cesáreas de las necesarias”
“El hecho de que los servicios de salud hayan ido prescindiendo de nuestro trabajo, ha modificado las condiciones del tratamiento a las pacientes embarazadas . La tarea que antes desarrollábamos en conjunto con el médico obstetra, quedó en manos de ese profesional exclusivamente y esto implica una sobrecarga de trabajo y una necesidad de acelerar los tiempos del parto que repercuten directamente en las pacientes, que van a cesárea muchas veces sin necesitarlo”, afirma la responsable del Colegio.
“Hoy, en los hospitales públicos de Rosario se practica un 40% más de cesáreas (en proporción con los partos registrados) que las que se realizaban en 1986, y estimamos que en la salud privada el aumento debe ser aún mayor”, asevera Sayaz.
Parteras de todo el país se reunieron para reflotar una profesión olvidada
El Colegio de Obstetras de la 2ª Circunscripción denunció el desplazamiento que sufrieron esos profesionales en las últimas dos décadas y vincula ese fenómeno, que los afecta laboralmente, con el aumento excesivo de cesáreas en los efectores públicos. “Los médicos están desbordados y recurren a la cesárea con demasiada frecuencia”, afirman los parteros
Para la dirigente la explicación de este incremento es sencilla. Porque más allá de las complicaciones que pueda presentar cada caso particular, es evidente que los médicos no tienen el tiempo necesario y suficiente para atender cada parto con la misma dedicación de antes.
Los obstétricos tienen expectativas en el nuevo lineamiento establecido desde la Nación que apunta a “disminuir el número de cesáreas y los casos de morbimortalidad materna y fetal”.
“La aplicación de esta norma (además de la aprobación de una ley específica para nuestra profesión) favorecerá no sólo la atención de la salud hacia las embarazadas y parturientas, sino también la reivindicación de nuestro trabajo”, concluyó