Según publicó el diario El Ciudadano, el foco ígneo comenzó sobre el altar aproximadamente a las 5.30 del viernes pasado. La primera chispa habría prendido sobre una pila de libros embebidos en combustible y pronto, el piso de pinotea ardía. Inmediatamente acudió una dotación de Bomberos y un patrullero policial, pero el daño ya estaba hecho. De acuerdo a los relatado por el superintendente del templo de San Lorenzo y Callao, Américo Jara para las 8.45, el paisaje era desolador.
Patrimonio Arquitectónico de la ciudad, el edificio de San Lorenzo 2724 había dejado de funcionar como templo nueve meses atrás, cuando cedió el lugar al Centro Ecuménico (MEDH), antes ubicado en Sarmiento y Mendoza.
Los pastores Jara y Carlos Agustín Luque Ahubán, de la Confraternidad de Líderes Cristianos, coincidieron en que el fuego fue mucho más que un acto de vandalismo.
“El quemar libros es un ataque muy simbólico”, apuntó Jara; a lo que Luque Ahubán añadió: “Se ve una semilla de intolerancia que no se le puede achacar sólo a jóvenes vandálicos sino que es un problema social y eso es lo que nos preocupa más”.