Vivir en un edificio con pileta es “cool”. En el marco del boom de la construcción, muchos complejos de departamentos de alta categoría ofrecen esta posibilidad. Sin embargo, pese a que se trata de una tendencia en crecimiento, existe un llamativo vacío legal al respecto: nadie sabe cuántos natatorios de este tipo hay en la ciudad, tampoco hay reglas claras sobre cómo deberían funcionar.