El búnker del triunfante Frente Progresista en Rosario estuvo marcado por la euforia típica que le imprimen los militantes pero también por discursos que apostaron a una nueva construcción de "consenso", palabra que junto a "pluralidad" y "diálogo" fueron la columna vertebral de los discursos que se escucharon sobre y debajo del escenario.