El gobierno canadiense y representantes de la industria peletera defendieron hoy la controvertida caza de focas, el mismo día que organizaciones de defensa de los derechos animales convocaron a protestas contra la práctica en varios países del mundo, algunas incluso desnudándose.

El ministro de Pesca canadiense, Loyola Hearn, calificó como "unilateral y engañosa" la imagen de la caza de focas presentada por las organizaciones de defensa de los derechos animales.

Hearn también se mostró "animado" por la decisión de la Comisión Europea de "enviar este año expertos veterinarios para observar la caza de focas".

La Comisión Europea ordenó el envió de una misión de inspección para determinar la forma en que se produce la caza de focas y que las organizaciones opuestas califican como "cruel e inhumana".

La Comisión Europea también rechazó imponer de forma inmediata la prohibición de la importación a la Unión Europea de productos derivados de la caza comercial de focas en Canadá, tal y como han solicitado numerosos diputados de la eurocámara.

Hearn rechazó las críticas de grupos de defensa animal y dijo que "la caza de focas sirve de modelo para otras cazas en todo el mundo. La caza es controlada y regulada estrictamente. Los métodos de caza se han demostrado humanos".

El ministro se refirió a un estudio publicado en el "Canadian Veterinary Journal" en el 2002 en el que un grupo de veterinarios afirmó que las focas son cazadas con todas las consideraciones del caso.

Pero uno de los grupos opuesto a la caza, IFAW, realizó en el 2001 su propio estudio y concluyó que el 42 por ciento de los animales examinados "probablemente estaban conscientes cuando fueron despellejados".

IFAW considera que el estudio dirigido por Pierre-Yves Daoust está sesgado y que en realidad confirma "muertes inaceptables, inhumanas y crueles".

Hoy, representantes de la industria peletera y políticos federales y de la provincia de Terranova y Labrador (donde se concentra el grueso de los cazadores de focas) denunciaron en Ottawa la campaña de "propaganda" que cada año llevan a cabo los grupos opuestos a la caza.

El año pasado más de 350.000 focas fueron cazadas en la costa del Atlántico canadiense.

Canadá defiende la caza como una práctica realizada desde hace varios siglos por los pescadores de la región y afirma que la población de focas está siendo gestionada de forma sostenible.

Grupos como IFAW o la Sociedad Protectora de Animales de Estados Unidos (HSUS) llevan décadas realizando campañas de protesta contra la caza por considerarla inhumana.