El hecho fue contado por un policía que estaba en actividad en aquellos años y fue testigo de la escena. El oficial retirado contó a Radio 2 que el dueño de una quinta llegó a la subcomisaría primera con los dos pollos adentro de una bolsa que quedó a disposición de la justicia. Los policías llamaron a la jueza de instrucción para informarle del caso, pero la magistrada determinó que no había delito alguno y ordenó una mediación entre los vecinos.
Mientras los hombres acordaron arreglar la cerca que dividía las propiedades lindantes, los pollos esperaban embolsados en el patio de la comisaría. Más tarde terminaron desplumados y en la olla de la fuerza policial.