La idea del edil radical surgió a partir de la gran cantidad de objetos que diariamente los rosarinos y turistas dejan olvidados en distintos lugares de la ciudad, sobre todo en la temporada estival donde las personas salen a disfrutar del aire libre.
Boasso procura que “tanto aquel que encuentra un objeto como el que lo pierde, sepa que existe una oficina municipal donde acudir”.
El Banco de Objetos Perdidos funcionará de forma centralizada y contará con un sistema de control que dote de mayor seguridad a la integridad de los elementos y sus dueños. En tanto, el Departamento Ejecutivo deberá realizar una campaña de información y difusión para dar a conocer qué hacer al toparse con un objeto presuntamente extraviado: deberá remitirlo a los CMD, cuyo personal estará entrenado en el método de almacenamiento y envío.