La iglesia protestante más grande de Canadá, la United Church of Canada, está instando a sus fieles a dejar de contar chismes, comparando esa práctica con las apuestas de juego y "otros males de la sociedad".

"Los chismes pueden hacer que las personas pierdan sus puestos de trabajo y su buena reputación", señala una moción a consideración en el 41º Consejo General de la United Church of Canada, que se celebra del 11 al 18 de agosto en Ottawa.

El cotilleo puede "llevar a romper amistades y dividir familias, y puede utilizarse como un arma maliciosa en contra de un oponente", continúa la resolución, y agrega que la charla mezquina "puede hacer que la gente cambie de iglesia o, en algunos casos, deje de ir a la iglesia del todo".

La iniciativa se propone "apoyar a las congregaciones a buscar formas de aumentar la conciencia sobre los aspectos nocivos de los chismes".

Aunque no lo consideró explícitamente un pecado, el portavoz de la United Church, el reverendo Bruce Gregersen, explicó que difundir chismes es contrario a las enseñanzas cristianas que promueven el amor, la verdad y la honestidad. Entra en la categoría de "falso testimonio".

Los antropólogos, sin embargo, ven este tipo de charlas como una forma de compartir información clave que afecta la posición social de las personas.