Se estima que durante el Mundial se congregarán unas tres millones de personas en once ciudades sede que abarcan una extensa superficie geográfica y áreas con condiciones climáticas muy diferentes. Dado que se trata de personas de todo el mundo, cabe preguntarse si el Mundial podría ser un foco de propagación de enfermedades.

Por ejemplo, en algunos macro festivales al aire libre se han dado brotes de infecciones y enfermedades como la gripe o el sarampión debido a la aglomeración de gente, muchas veces, en condiciones higiénicas que dejan bastante que desear.

Otro factor de riesgo a considerar es que muchas personas viajan al país de destino sin ponerse las vacunas recomendadas, por lo que también puede hacer más incidencia de ciertas enfermedades, según consignó Muy Interesante.

Además en Rusia es verano, una época en la que con el calor aumentan los episodios de gastroenteritis, por no hablar de insolaciones y otras dolencias asociadas a las altas temperaturas.

Por esta razón, un equipo de investigadores liderado por la doctora Natalia Pshenichnaya, de la Universidad Estatal de Rostov (Rusia), analizó a fondo los posibles riesgos a considerar por los viajeros que asisten al Mundial de fútbol.

Los autores no encuentran en este evento un riesgo especial de contagio de enfermedades infecciosas, pero sí emitieron una serie de recomendaciones básicas, como por ejemplo beber agua embotellada y evitar consumir alimentos que no garanticen unas mínimas condiciones de higiene para evitar gastroenteritis.

También advirtieron que algunas de las ciudades sede del Mundial se encuentran dentro de regiones en las que existe un alto potencial de contagio de encefalitis viral (TBE) y borreliosis. Se trata de dos enfermedades que se transmiten por la picadura de garrapata, y muchas áreas del centro y norte de Europa tienen un verdadero problema con este tema. En Rusia se registran más de seis mil casos de borreliosis cada año y unos dos mil de TBE. Este riesgo crece durante el verano.

Por otro lado, se estima que más del 1% de la población que habita en la región de San Petersburgo es portadora del VIH, una tasa ligeramente superior de la que se ha observado en el resto de Europa. Además, Rusia es un país con una endemicidad intermedia de hepatitis B y C. En este sentido, las recomendaciones vuelven a apelar al sentido común: hay que evitar las relaciones sexuales de riesgo y utilizar preservativo.