Ricardo Robins
Se viene agosto, mes sándwich entre dos elecciones en Santa Fe. Buena época entonces para trazar un balance del primer mes de campaña luego de las internas del 1º de julio y prepararse para el tramo final de cara a las generales del 2 de septiembre, que promete ser intenso, según marcan los últimos días de agresiones cruzadas entre quienes se disputan el poder en la provincia: el Frente Progresista de Hermes Binner y el Frente para la Victoria de Rafael Bielsa.
¿Quién aprovechó mejor el mes posinternas?, ¿cuáles serán las estrategias de los candidatos para lo que queda?, ¿por qué no hay debate?, ¿a dónde se metieron los encuestadores después de los “errores técnicos” previos al 1º de julio?, y, luego de los últimos chispazos, ¿hasta dónde pueden llegar las agresiones cruzadas? Rosario3.com pidió ayuda a periodistas-analistas y dirigentes de ambos sectores para avanzar sobre los interrogantes del momento.
Al que madruga
Algo golpeado por un resultado que no esperaba, el socialismo y sus aliados tardaron en arrancar luego del 1º de julio (que lo dejó a Binner con una diferencia de 200 mil votos sobre Bielsa, pero al Frente Progresista unos cuantos miles abajo del oficialismo). “El justicialismo aprovechó mejor el día después y recuperada la alta estima por aquel resultado afianzó esa sensación con fuertes gestos de unidad”, opinó el analista político del diario La Capital Mauricio Maronna.
“Más por demérito del socialismo que quedó mal después de la interna que por mérito propio, Bielsa tomó la delantera y tuvo una mayor presencia en los medios en este mes”, coincide Luis Novaresio, periodista de Radio 2 y Canal 3.
Por su parte, el diputado del PS Raúl Lamberto sale al cruce de estas lecturas. “Nosotros hacemos un balance muy positivo, tenemos 623 mil votos, un 45 por ciento que nos deja a uno o dos puntos de ganar las elecciones cuando no competíamos por nada en las internas”, señala para luego agregar que no fueron madrugados por el PJ el día después, sino que “queríamos verificar la realidad de la compulsa en todo el territorio y la verdad es que en 2005 ganamos las internas por 10 puntos y las generales por el doble”.
“Bielsa salió a festejar pero no ganó, perdió por 200 mil votos. La verdad es que los pueblos son menos histéricos que los dirigentes. Las internas sólo definieron candidatos, ahora sí hay dos listas enfrentadas”, arremete Lamberto.
“Desde el 1º de julio a la noche estamos trabajando en mostrar la fuerte unidad del justicialismo”, asegura por su parte el diputado Marcelo Gastaldi, y agrega: “Estamos muy satisfechos en lo realizado”. Esa unidad –que el dirigente sostiene al enumerar la larga serie de actos (con sus respectivas fotos) de las que participaron Bielsa, su ex rival interno Agustín Rossi, el gobernador Jorge Obeid, el presidente Néstor Kirchner junto a Cristina y hasta el senador nacional Carlos Reutemann–, logra, a los ojos de los kirchneristas, afianzar un escenario en donde el Frente K se impone a del PS y sus aliados.
Más allá de los esfuerzos iniciales por “leer” los números que mejor le convenga a cada sector, o cierto es que el segundo tramo de la campaña subió el tono. Desde el Frente Progresista pidieron que Bielsa explique cómo hizo para recibirse de abogado desde el exilio en plena dictadura militar y cómo logró obtener un trabajo público bajo esa administración (tema que instaló una cadena de mails). “Campaña sucia”, denunciaron desde la vereda de enfrente. Entonces, el ex canciller señaló que Binner desconoce la realidad de Santa Fe y que cuando abre la boca “rebuzna”. “Campaña agresiva”, se quejaron los otros.
Campaña caliente
“No hay campaña, hay agresión de candidatos”, corrige Maronna, y en ese escenario sin debates de planes estratégicos “no hay diferencias”. “Se vio en estos días una gran pobreza política y mucha saña entre los dirigentes”, refuerza Novaresio. Y hablando de debates, el conductor de Diez Puntos carga contra la falta de un espacio en donde Bielsa y Binner diriman ideas. ¿Por qué no se puede lograr eso en Santa Fe? “Por miedo, miedo a dejar expuesta su ignorancia en algunos temas”, asegura.
“¿Vos te imaginás debatiendo con un tipo que te dice insignificante y después que rebuznas? Yo no veía un candidato que se refiera así a otro desde el 83", sostiene Lamberto para defender la decisión del ex intendente de Rosario. “¿Alguien lo escuchó a Binner decir algo de Bielsa. La agresión es de un sólo candidato y eso es porque está un poco nervioso”, agrega.
“No hay agresiones, la campaña sucia la hace el socialismo. Bielsa sólo replica las agresiones arteras, nosotros queremos decirle al electorado lo que queremos hacer”, cruza Gastaldi.
Estrategias
Ese objetivo que definió el diputado peronista tendrá en este mes distintos ejes según el Frente. Novaresio imagina a un Binner “conservador, incluso guardando a su vice (Griselda Tessio) que no resultó la estrella que esperaban”, y a un Bielsa con un perfil “más agresivo”.
“El terreno de la agresión es un escenario que no gusta en el electorado santafesino”, apunta el periodista de La Capital, que plantea otro déficit en este segundo tramo de campaña: las encuestas. Para Maronna, “el gran fracaso de los encuestadores en las internas” provoca ahora una sequía de estudios serios que avances sobre “datos útiles cómo analizar qué porcentaje de quienes se abstuvieron van a ir a votar ahora o qué porcentaje de Rossi puede ir a Binner”. “Ahora se dudaría de cualquier trabajo de antemano”, insiste.
La ausencia de pronósticos no impide que cada uno de los frentes sigua adelante. “Vamos a reforzar el contacto directo con la gente para ir hacia un cambio, a decir basta a las escuelas rotas, las mismas fallas en la salud de hace 25 años, la inseguridad que crece y los indigentes que son cada vez más en una provincia rica”, dice Lamberto. “Tenemos el mejor candidato y las mejoras propuestas, el 2 de septiembre el peronismo va a seguir mejorando todo lo que se hizo y la excelente gestión de Obeid”, plantea Gastaldi.
Las internas quedaron atrás, cada uno se reacomodó con distintas acciones y ahora se viene el tramo final de la campaña. Entre campaña sucia y agresiones (y también algunas propuestas que quedan en segundo plano por los chispazos) el objetivo final es nada menos que el control del poder en una de las provincias más ricas del país. En este mes se verá entonces hasta dónde están dispuestos a ir para alcanzar ese botín político.