No todos los sueños se pierden ni todos los deseos son imposibles. Un caso concreto que combina ambición y empuje es éste, el de la cooperativa Districoop, llevada adelante por 30 trabajadores de lo que fue Naranpol. Tras quedarse sin trabajo, lo tuvieron claro: irían a fondo hasta recuperar esa fábrica que los había cobijado. Hoy son parte de un proyecto “sin techo” que les permite vivir y mantener a sus familias.