Arrancan con un cosquilleo en la nariz, la necesidad de ingresar aire en los pulmones y luego una potente explosión por boca y nariz que expulsa una ráfaga de hasta 150 kilómetros por hora y llega hasta los ocho metros. No se trata de un tornado sino de un estornudo, y la ciencia señala que este reflejo involuntario puede ser el sello personal de cada uno.
La función del estornudo es la de deshacerse de todos los elementos y sustancias que incomodan a la nariz y otros órganos respiratorios, con el objetivo de que dichos irritantes no pasen de las fosas nasales y se alojen en los bronquios y los pulmones. Podría decirse que es un reflejo de defensa.
Para que se produzca un estornudo algo debe irritar las mucosas nasales. En el caso de los alérgicos, hay sustancias como polen, polvo, ácaros, fibras naturales y productos químicos que ingresan por vías nasales o por vía sanguínea, como en el caso de algunos alimentos y medicamentos, según consignó el sitio El Tiempo. También se da en personas no alérgicas que inhalan sustancias químicas o ingresan virus respiratorios que varían en frecuencia o intensidad según cada persona.
Pero los estornudos también se pueden dar por situaciones extrañas, como comer menta, arrancarse los pelitos de las cejas o incluso salir por primera vez con alguien. Hubo un caso de un joven que estornudaba todos los días exactamente a las 8:20.
Después está el caso de Aristóteles, que creía que el calor lo hacía estornudar, aunque en realidad esto se producía porque al mirar el sol, sobreestimulaba un nervio que para defenderse le comunicaba al cerero que algo andaba mal, y éste desencadenaba un estornudo denominado fótico. Se trata de algo hereditario que que si alguno de los padres lo tiene, hay un 50% de chances que lo pase a sus hijos.
Otro estornudo famoso es el documentado por los médicos británicos Mahmood F. Bhutta y Harold Maxwell sobre un paciente que no podía parar de estornudar cuando pensaba en sexo. La explicación que encontraron en su momento, basada en Freud aunque hoy obsoleta, se presentaba porque los genitales y la mucosa nasal tenían tejido eréctil y estaban conectados dentro del organismo.
Para los especialistas estos casos excepcionales marcan que cada estornudo es una reacción involuntaria única, que en muchas ocasiones deja ver una característica personal de cada uno.