Cal y arena. En la última sesión del año, los concejales oficialistas aprobaron el proyecto que abre definitivamente la circulación vehicular en el microcentro, pero no pudieron prorrogar, ante la cerrada negativa de la oposición, sancionar la prórroga del actual sistema de recolección de residuos.
Además, el Concejo aprobó la creación de una tarjeta inteligente –recargable– para usar en el transporte urbano de pasajeros. Mientras, quedó pendiente para el año que viene el debate del polémico aumento de tasas –no la TGI– que envió el Ejecutivo municipal.
Para el concejal del ARI Carlos Comi, que se opuso a la apertura del microcentro, "la ciudad debería alentar el uso del transporte público y restringir el uso de los automóviles particulares tal como la tendencia mundial indica".
Comi esgrimió razones de salud pública como la contínua aspiración de altos índices de monóxido de carbono de los vecinos de la zona; de índole urbanístico como el deterioro de edificios de valor patrimonial; y medio ambientales como la contaminación ambiental y acústica.
Pero el legislador del ARI fue más allá al aconsejar el uso del sentido común al afirmar que "basta con transitar por el centro de la ciudad a cualquier hora del día para comprobar que la actual situación del tránsito es cuanto menos caótica, insalubre e irritante".
El proyecto que abre definitivamente el tránsito en el microcentro está acompañado por otro, también sancionado en la sesión de este viernes, que prorroga hasta el 31 de marzo el actual sistema de estacionamiento medido, tanto en el micro como en el macrocentro, a la espera de que ingresen los pliegos para un nuevo sistema, cuyo proyecto ya levantó bastante polvareda.