Se trata de Gastón de la Torre, que será indagado este viernes y se suma a otros cuatro procesados con prisiones morigeradas por el golpe.
Marcelo Mazzeo, abogado del sospechoso, dijo a la agencia Télam que la detención se concretó por la decisión final de Tribunal de Casación bonaerense que le ordenó al juez de garantías de San Isidro, Rafael Sal Lari que cumpliera con la diligencia desde febrero de 2006, el magistrado se había negado a detener a De la Torre en cuatro oportunidades ante los insistentes pedidos de la fiscalía que lo sindicaba como miembro de la banda.
Esas negativas fueron confirmadas luego por la Cámara de Apelaciones de San Isidro, por lo que la fiscalía presentó un recurso ante Casación bonaerense.
Según Mazzeo, hace un año y medio, ese tribunal resolvió que De la Torre debía quedar detenido pero el defensor interpuso un nuevo recurso ante la Corte Suprema de la provincia, por lo que la medida quedó en suspenso.
Sin embargo, la Corte finalmente decidió el mes pasado que el recurso era improcedente, por lo que quedó firme la resolución del Casación.
De esta manera, el propio juez Sal Lari tuvo que ordenar la detención del sospechoso, y la de su primo Rodrigo Lemos y la mujer de éste, quienes estaban junto a él al momento del allanamiento a su casa de Flores.
Gastón de la Torre había sido detenido el 19 de febrero de 2006, luego de que los investigadores allanaran su casa, ubicada en Portela 56, en el barrio porteño de Flores y secuestraran un verdadero arsenal, como así también un bolso con dinero y joyas.
En aquella oportunidad, el hombre quedó imputado por la "tenencia de armas de guerra", aunque finalmente fue absuelto durante un juicio oral "porque quedó demostrado que las armas eran suyas", dijo el abogado.
El "robo del siglo" ocurrió el 13 de enero de 2006 en la sucursal Acassuso del Banco Río, cuando cinco delincuentes robaron al menos ocho millones de dólares y joyas en medio de una toma de rehenes y eludieron el cerco de 200 policías escapándose con el botín a bordo de un bote por las alcantarillas subterráneas.
Durante el episodio, los ladrones pidieron pizzas y gaseosas para los rehenes, le cantaron el feliz cumpleaños a una abogada y dejaron armas de juguete y una nota que decía: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores".