La crisis económica llegó a la cama de los argentinos. Así, lo demuestra un informe publicado este lunes por el diario La Nación. Según la investigación, el sexo está en recesión por derivaciones del estrés y el temor. Entre los argentinos y por este tipo de problemas, la consulta a especialistas creció un 30 por ciento.
Varios son los inconvenientes que influyen y amenazan la sexualidad de gran cantidad de argentinos. La inquietud por la estabilidad o la desjerarquización laboral; la proeza de poder llegar a fin de mes, inflación mediante; la incapacidad de ahorro o el consumo restringido. La incertidumbre económica y otras preocupaciones coyunturales que no dan tregua, como la inseguridad, los conflictos políticos o la propagación del dengue y la gripe A, dibujan una realidad sumamente tensa.
Según los especialistas, el estrés derivado de la crisis socioeconómica anula el erotismo y vampiriza el deseo. Lo inhibe a tal punto que la frecuencia sexual decae, en promedio, el 50 por ciento. Las mediciones muestran que las relaciones sexuales promedio entre adultos argentinos son de una a dos por semana. Pero la falta de ganas, producto del desasosiego, reduce la actividad sexual de cero a una cada siete días.
La contracara en lo que va de 2009, agregan los especialistas, ha sido el incremento del 30% en consultas a centros privados de sexología y del 15% en hospitales públicos.
A partir de las crisis se observó que el binomio depresión-ansiedad desencadena disfunciones sexuales en hasta el 20% de la población afectada, según afirman los sexólogos.
Además del aumento de las consultas, un 70% son de hombres y 30%, de mujeres, 2009 trajo aparejadas en mucha gente una disminución de las relaciones sexuales y una acentuada pérdida del deseo, que es de lo que más se quejan las mujeres.
Expertos señalan que la problemática en los hombres es más compleja y que la presencia reiterada de factores estresantes aumenta en el cuerpo la producción de las hormonas cortisol y prolactina, depresoras de la función sexual. Y cuando esto se da en combinación con la reducción de las hormonas sexuales, como la testosterona y la DHEA, aparece lo que clínicamente se conoce como deseo sexual hipoactivo o sea falta de deseo según informa el diario La Nación.
Asimismo aparecen también otras disfunciones muy comunes, como las eréctiles, y la anorgasmia en mujeres. Estos cuadros son, en ese orden, los motivos más frecuentes de las consultas.
Recesión sexual: la crisis llegó a la cama de los argentinos
El estrés y el temor derivado de los problemas económicos afecta las relaciones sexuales y según un relevamiento "en esta época están en baja". Según la investigación, las consultas a especialistas por diferentes disfunciones crecieron un 30 por ciento en lo que va del año