Bien caliente fue el clima en la reunión en la que, este jueves al mediodía, el ministro de Seguridad de la provincia, Daniel Cuenca, analizó junto con funcionarios provinciales y municipales, concejales, jefes policiales y representantes de los distintos sectores de taxistas la situación de inseguridad del sector, luego de otro asesinato de un chofer. Reforzar los corredores seguros es el camino que, a corto plazo, prometió tomar el gobierno santafesino. En el encuentro no estuvo el intendente Miguel Lifschitz, que viajó a Buenos Aires para una reunión con jefes comunales de todo el país por los subsidios al transporte.

“Siempre lo mismo, se discute sí el blíndex sí o no, si la luz de pánico; se van por la tangente”, se quejó el titular del Sindicato de Peones de Taxis, Horacio Boix, quien dijo que se necesita en forma urgente “más presencia policial y después vemos qué se puede poner en el auto”.

Boix se retiró antes del final del encuentro para analizar en asamblea con los choferes los pasos a seguir, aunque adelantó que la idea era extender el paro hasta el sepelio del colega asesinado, es decir este viernes cerca de las 11. También consideró que se iban a levantar los piquetes en el centro, a partir de la decisión de la CGT de sumarse a la medida de fuerza.

Antes, otro taxista se había retirado molesto, según él porque el presidente del Concejo, Miguel Zamarini, se sonrió ante sus reclamos.

"Fue una reunión muy dura", describió, por su parte, el secretario general de la CGT local, Néstor Ferraza, mientras que el secretario de Seguridad, Carlos Iparraguirre, dijo que se acordó reforzar y mejorar el sistema de corredores seguros.