Fiestas e incidentes con pirotecnia suelen ser fenómenos. Por eso la Municipalidad de Rosario, a través de la Dirección General de Control Urbano, reforzó los controles tanto a quienes venden de manera clandestina como a posibles compradores a través de inspecciones a vehículos.
La repartición municipal realiza controles en distintos puntos de la ciudad para detectar puestos de venta ambulantes y proceder al secuestro de la mercadería, en caso de encontrarse con puestos clandestinos y vendiendo elementos peligrosos para la manipulación de la población en general.
Y, como en cada Navidad o Año Nuevo acuden a los hospitales personas con heridas por explosiones de pirotecnia prohibida, uno de los objetivos de la campaña es “generar conciencia en la población del peligro que conlleva la manipulación de pirotecnia de alto poder explosivo”, señalaron.
Además, personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) realiza por estos días operativos de control, sorpresivos y rotativos, en los diferentes accesos a la ciudad teniendo en cuenta que muchas de las fábricas de pirotecnia están radicadas en localidades vecinas a Rosario.
En los procedimientos se revisan los baúles e interiores de los vehículos y, si encuentra mercadería prohibida, se procede al secuestro de la misma y se labra el acta correspondiente, remitiéndola posteriormente al Tribunal de Faltas. Si el vehículo no registra infracciones en la materia, se le entrega al conductor un volante con leyendas de prevención.
El objetivo es reducir el número de heridos. De hecho, en las fiestas del año que pasó no ingresó ningún niño al Hospital Víctor J. Vilela con este tipo de lesiones.
Así mismo, desde el municipio se recordó que se encuentra prohibida la exhibición y venta de cualquier tipo de pirotecnia en la vía pública. En tanto, los comercios autorizados sólo pueden comercializar los llamados productos “de cotillón”, de bajo poder explosivo.
Campaña con banderas en el Heca