Sus claros gestos de dolor en pleno campo de juego hacían presagiar un desenlace diferente al que al cabo se observó en la pasada tarde viernes, en Bahía Blanca. Es que el zaguero de Central, Walter Ribonetto, casi no podía pisar por un fuerte esguince en su tobillo derecho, y era un hecho que el segundo tiempo lo viviría en el banco y con una bolsa de hielo en la zona. Pero sorpresivamente el defensor siguió, y aguantó hasta el final firme y estoico como siempre.
”Y sí... parece un zapallo porque está bajando el hematoma”, le dijo el de Corral de Bustos al programa Fuera de Juego, por Radio 2. “ Lo importante es que va bien, evolucionando, y eso es positivo. Soy optimista, y si Dios quiere no va a haber inconvenientes en que pueda jugar frente a Banfield. Recién es lunes, falta mucho, pero vamos día a día y con tranquilidad. Ya mañana (por el martes) iremos viendo cómo va el tobillo”, narró.
Y a continuación, develó que no se le pasó por la cabeza salir del terreno, y que la única salida posible era recibir una infiltración para neutralizar momentáneamente tanto dolor. “Jamás pensé en dejar. Pasa que si no era por esa vía, de la infiltración, era difícil seguir. Fue lo mejor en ese momento, y terminé sin dolor. Uno trata de estar siempre: en estas circunstancias uno pone lo mejor”, subrayó.
Sobre el triunfo cosechado ante los bahienses, que tuvo una súper cotización en la tabla de promedios, el Tino dijo que “fue un partido parejo, no sé si fuimos superiores. Lo que sí hicimos fueron los goles en los momentos justos. Tuvimos situaciones que concretamos, y ellos generaron situaciones, pero no sé si tan claras. Está bien que tuvieron la del palo y el gol anulado, pero a nosotros también nos anularon un gol. Esos partidos son como los clásicos, hay que ganar como sea. Después se analiza si se jugó bien, mal o regular: lo importante era quedarnos con los tres puntos, que son vitales. Es una cancha difícil; había que ganar sí o sí y nosotros lo hicimos”.
Ni bien Pitana cerró la victoria en el Roberto Carminatti, comenzó a hablarse del envión anímico que un resultado así genera en la mentalidad del futbolista. Ribonetto reconoció que ese efecto existe: “Obvio que la cabeza, cuando se gana, está mejor. Está claro que siempre hay que pensar en positivo, pero el trabajo de la semana es favorable cuando se gana. Al jugador le podés meter cualquier cosa de trabajo que lo tolera; en cambio, cuando pierde, la cabeza te trabaja de otra manera”.
En el diálogo con la tira deportiva deportiva de Radio 2 se filtraron también elogios para el arquero Cristian álvarez y al delantero Darío Cvitanich, al que enfrentará el sábado que viene: “Hoy hablaba con Cristian, y le dije: «la atajada que hiciste a contrapierna, yéndote para el otro lado, fue impresionante». Y bueno, en la que pegó en el travesaño, a veces la suerte tiene que estar de nuestro lado”, contó. Sobre el artillero del Taladro, opinó que “no es de ahora su nivel, viene pasando desde el torneo pasado un gran momento. Es un delantero mañoso, que se te pega y te gira, no es tan alto, tiene habilidades muy buenas y por algo son muchos los equipos que lo quieren. Habrá que estar atentos”.
Por último, y ante la consulta sobre si el malestar de los hinchas, y sobre todo del presidente Horacio Usandizaga, debe haber desaparecido tras el 3 a 1 en Bahía, Ribonetto prefirió la cautela: “Tampoco hay que pensar en eso, que cuando se gana está todo bien, o si no todo mal. Tenemos que encontrar un equilibrio. (Usandizaga) Lo dijo en un momento de calentura: a muchos les tocó, porque a ningún jugador les gusta que diga eso. Pero yo sé que ahora debe tener la cabeza de otra forma”.
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