Miembros del ejército custodian la autopista, bordeada de favelas y barriadas, que une el aeropuerto con la ciudad de Río de Janeiro. Carros blindados circulan por la zona y grupos de soldados están apostados hasta en el frente del hotel frente a la playa de Copacabana que alberga a los presidentes.
Además del Ejército, efectivos de la Fuerza Aérea y la Armada serán parte del sistema de seguridad montado para la cumbre que concluirá el viernes. Por su parte, agentes de la Policía Federal se ocupan de escoltar a las comitivas de los mandatarios y ministros que comenzaron a llegar esta tarde.