A pocos días de comenzar el verano y las vacaciones, Rosario no cuenta aún con vacunas contra la fiebre amarilla, un requisito para quienes buscan rélax en las playas brasileñas y otros puntos considerados de riesgo. De acuerdo a lo que informaron desde la Unidad Sanitaria de Frontera, único lugar oficial de la ciudad donde se inocula contra la enfermedad, el gobierno nacional no envió aún la droga.
Rosario carece de vacunas contra la fiebre amarilla
Desde la Unidad Sanitaria de Frontera, único lugar oficial de la ciudad donde se inocula contra la enfermedad, aseguraron que la Nación aún no envió las partidas prometidas. La aplicación es un requisito para viajar a zonas de Brasil, Bolivia, Perú y cataratas
“No la distribuye la Nación”, sostuvo en contacto con Radio 2, el médico Hugo Provera, a cargo de la repartición. El profesional aseguró que “debido a la creciente demanda en Brasil y Paraguay, no tenemos disponibilidad de vacunas en Rosario”.
Sin embargo, la demanda existe: “Viene gente o llama por teléfono. En cuanto recibamos, lo que puede ser hoy mismo o el lunes, empezamos con la vacunación”, garantizó.
El Ministerio de Salud de la Nación aconseja vacunarse a aquellas personas que viajen a zonas de riesgo: el centro de Brasil, zonas selváticas, cataratas, Bolivia o Perú. En tanto, la legislación internacional exige revacunación a los diez años.
Provera subrayó que es necesario vacunarse con diez días de anticipación al día del viaje. Tal cual ratificó, la Unidad Sanitaria de Frontera, ubicada en Belgrano al 800, es el único lugar oficial donde acudir para dicha inoculación. Allí se atiende los lunes, miércoles y viernes de 10 a 12.
El trámite es gratuito, pero quien será vacunado debe llevar documento y descartables (una jeringa de un mililitro). El teléfono de la repartición es el 448-4971. Esta entidad es la única que extiende un certificado de vacunación con validez internacional, que es lo que piden en la frontera.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda e infecciosa transmitida por mosquitos. El color al que hace referencia su nombre se refiere a los signos de ictericia que afectan a algunos pacientes. Esta enfermedad ha sido una fuente de epidemias devastadoras en el pasado.