Virginia Giacosa

Rosario tendrá su primer jardín maternal con pedagogía Waldorf. Las clases comenzarán el 21 de marzo –con el inicio del equinoccio de otoño– y la educación se centrará en el contacto de las niñas y niños con la naturaleza. Habrá una huerta orgánica y juguetes confeccionados de materiales nobles, como madera, lana natural y cera de abejas. "Los niños son especialmente observados por el maestro y acompañados en su proceso con respeto. Entendemos que no todos los niños necesitan lo mismo y es necesario cuidar ese germen que es único de una manera amorosa", explica Romina Maffei –que junto a Laura Corbella, Alejandra Olivencia, Viviana Grecchi, Romina Maffei y Ana Belén Balzarini impulsa esta iniciativa– sobre cómo se trabaja con los chicos en un jardín con esa orientación.

El proyecto se comenzó a gestar hace cerca de 10 años a partir del interés de educadores pero también de padres preocupados por el futuro escolar de sus hijos que se pusieron en marcha para la creación del espacio. Las docentes, en su mayoría maestras jardineras miembros de la ONG Germinar, se formaron con profesores de Buenos Aires –a través de un seminario a distancia que llevó cinco años– en la pedagogía creada por Rudolf Steiner Waldorf.

La primera escuela Waldorf nació en Alemania en 1919. Basó su método de enseñanza en las directrices trazadas por Rudolf Steiner (1861-1925), filósofo y profesor autríaco, que elaboró y formó con él a un grupo de maetros.
Se las denominan libres, por su misión de formar a los niños en la libertad, recibiendo herramientas para formarse como individuos responsables.

La experiencia de Rosario

Desde 2009 comenzaron a reunirse en la iglesia luterana de Oroño y San Lorenzo donde los sábados de enero realizaron juegos de verano para ir precalentando el inicio del jardín.

Cada sábado el encuentro comenzaba con una ronda al aire libre donde maestras, madres, niñas y niños se presentaban. Luego se entraba a un salón donde en una mesa grande todos encontraban su lugar. La enseñanza del día, podría ser por ejemplo, la preparación del pan. De a poco y acompañados por el canto de una de las maestras, los chicos se acercaban a un fuentón para lavarse las manos y comenzar la tarea. Primero desarmaban entre todos la levadura, luego incorporaban la harina y el agua, una pizca de sal y más tarde amasaban. Cada uno se quedaba con un trozo, le daba la forma que más le gustaba y luego lo acomodaba en la bandeja que la maestra llevaba al horno.