Los dos goles del conjunto azulgrana fueron obra de Andrés Silvera, uno en cada tiempo, mientras que Marcos Galarza, de cabeza, marcó el descuento para el Taladro.
El equipo de Leeb contó desde entonces con varias oportunidades de empatar el partido, pero la suerte y el ímpetu defensivo de San Lorenzo cerró el arco de Sebastián Saja.
El encuentro se jugó a dientes apretados en cada jugada, por lo que el buen fútbol apareció sólo de a ratos de mano de alguna individualidad. Poco le importó al Ciclón, que sólo tenía en mente ganar o ganar para dejar atrás una de las más dolorosas derrotas de su historia como lo fue el 7-1 ante Boca por la cuarta fecha.