El presidente francés, Nicolas Sarkozy, inició este martes la etapa palestina de su visita a Medio Oriente. En ese marco, se entrevistó en Belén con el presidente de la Autoridad Nacional palestina (ANP), Mahmud Abás.

En la jornada del lunes, Sarkozy había dado garantías a Israel de que no tendrá que afrontar solo la amenaza de "un Irán nuclear", pero le instó a que llegue a la paz con los palestinos porque de ello depende su propia seguridad.

"Francia se interpondrá en el camino de aquellos que exhortan a la destrucción de Israel", aseguró Sarkozy en un discurso en el Parlamento israelí (Kneset), refiriéndose a declaraciones en ese sentido por parte del presidente iraní, Mahmud Ahmadeniyad.

Sarkozy, que visitó el Museo del Holocausto durante su visita a Jerusalén, insistió en que no se producirá otro genocidio del pueblo judío, y que "Francia estará al lado de Israel".

Según el presidente galo, "el programa nuclear iraní requiere una respuesta decisiva por parte de toda la comunidad internacional", y su país tiene la determinación de "intensificar" las sanciones contra Teherán "si no cumple los compromisos internacionales".

Israel recibió a Sarkozy y a su esposa, Carla Bruni, con alfombra roja al considerar que desde que asumió la presidencia francesa el año pasado las relaciones bilaterales han dado un giro de 180 grados, dejando atrás décadas de desencuentro diplomático por la cuestión palestina.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, el jefe de la oposición del conservor Likud, el nacionalista Benjamín Netanyahu, y la presidenta del Parlamento, Dalia Itzik, coincidieron en sus discursos al calificarle de "verdadero amigo de Israel",

Y Sarkozy aprovechó la oportunidad que le brindó la Kneset para hablar a los israelíes "con el corazón en la mano", desde "la amistad", y decirles que más allá de las amenazas de países como Irán y del terrorismo islamista, la seguridad de Israel pasa también por la creación de un Estado palestino.

"Israelíes y palestinos son socios del mismo dolor.. no habrá solución, -repitió-, no habrá solución, sin comprensión mutua y respeto mutuo".

Rescatando el pasado de Francia, tras sus sucesivas guerras con Alemania en los siglos XIX y XX, ejemplificó que la reconciliación entre amargos enemigos es posible.

Fuente: EFE.