En la ciudad capital la situación sigue siendo dramática. Luego del llamado del intendente Martín Balbarrey a que la población del cordón oeste de la capital provincia –el mismo sector que se inundó en 2003– abandone sus casas, miles salieron a las calles con lo que podían rescatar de sus viviendas a la espera de una ayuda que llegaba de manera muy lenta.

De hecho, cerca de las 18 de este viernes todavía había miles de personas con sus pertenencias (lavarropas, televisores o cualquier cosa de valor) a la espera de un camión que no llegaba. Algunos aguardaban en las esquinas, otros empezaron a movilizarse por cuenta propia, según el informe de la periodista Ivana Fux a Radio 2.

Algo similar ocurría en los centros de evacuados, donde los organizadores no daban abasto y estaban desbordados. Además, como en los barrios el agua seguía subiendo, algunos temían fallas en las defensas de la ciudad, cosa que no ocurría.

Sí, en cambio, se produjo con el agua un fenómeno similar al que sucedió en el noroeste de Rosario. Es que las zonas rurales de Recreo y Santa Tomé drenaban hacia los barrios bajos de la ciudad.

Por su parte, el secretario de Seguridad provincial, José Bernhard, informó que los evacuados se elevaron de 12 mil a 16 mil y funcionaban unos 130 centros de evacuados, muchos de ellos en escuelas. Se calcula que la gran cantidad de agua caída afecta, directa o indirectamente, a 50 mil habitantes de la ciudad capital.