La inocencia atrapada en medio de la violencia. La cantidad de niños heridos por armas de fuego se duplicó entre 2010 y 2011, mientras que hace 10 años atrás, este tipo de caso era excepcional. La estadística, brindada por el Hospital de Niños Víctor J. Vilela, desnuda la realidad de una sociedad cada vez más armada y violenta. En abril de este año, el fenómeno tuvo nombre y rostro: el de Margarita, una niña que recibió un balazo en la cabeza a la vuelta de su casa.