La inscripción general de niñas de países pobres en la escuela primaria aumentó del 87% en 1990 al 94% en 2004, y también hay ahora más niñas que nunca en la escuela secundaria, según el nuevo informe 'Girls' Education in the 21st Century: Gender Equality, Empowerment, and Economic Growth', (La educación de las niñas en el siglo XXI: igualdad de género, adquisición de poder y crecimiento económico).
La educación de las niñas es la clave de un desarrollo duradero. La justificación comercial para continuar invirtiendo en la educación de las niñas es incuestionable, aún en medio de la crisis financiera y de empleo mundial, escriben en el prólogo del informe Joy Phumaphi, vicepresidenta de desarrollo humano del Banco mundial y Danny Leipziger, vicepresidente para la reducción de la pobreza del Banco Mundial.
"La adquisición de poder económico por parte de las mujeres es esencial para el desarrollo de la economía, para el crecimiento, y para la reducción de la pobreza, no sólo por los ingresos que genera sino también porque ayuda a romper el círculo vicioso de la pobreza", escriben.
La oleada de inscripciones es el resultado de la suma importancia que dieron los gobiernos y donantes a la escolarización de las niñas en los últimos 20 años.Es también el resultado del exitoso alcance de las becas, los estipendios, las transferencias monetarias condicionadas (TMC), la contratación de maestras, los libros de texto gratuitos para las niñas, y otras políticas relacionadas con el género, agrega el organismo interncional.
Mientras las disparidades van desapareciendo en la escuela primaria, menos niñas que varones están llegando a la escuela secundaria. Las aulas de secundaria son el nuevo escenario de la controversia entre los géneros, donde persisten y toman fuerza las desigualdades tanto en aprendizaje como en posibilidades de obtención de ingresos, dice el informe.
La calidad de la educación (lo que los estudiantes saben) y no los logros educativos (cuánto tiempo permanecen en la escuela), determina el éxito económico de individuos y economías, según Eric Hanushek de la Universidad de Stanford, un colaborador del informe. Esta calidad afecta a la educación y a los ingresos tanto de niñas como de niños.
Aumentar las habilidades cognitivas tanto de niños como de niñas requiere de cambios en las escuelas que darán frutos dentro de 20 ó 30 años, según el informe. Si esos cambios tienen éxito, su impacto económico no es sentido en general hasta que los nuevos graduados constituyen una proporción significativa del mercado laboral.
Los beneficios sociales de la escolarización de las mujeres son significativos también en los países en desarrollo. El informe muestra que un año de escolarización para las niñas reduce la mortalidad infantil en un 5 a 10 %. Los hijos de madres con cinco años de educación primaria tienen un 40% más de probabilidad de vivir más allá de sus cinco años de edad.
Fuente: Banco Mundial