El Hospital Vall de Hebron de Barcelona ha realizado con éxito su segundo transplante de cara a un paciente afectado desde hacía 20 años por una deformación progresiva de los tejidos faciales y que le comportaba graves problemas de visión, habla y sangrados, "algo que ponía en riesgo su vida".

Un equipo multidisciplinar de 45 profesionales llevó a cabo la intervención, que ha sido presentada hoy lunes en rueda de prensa por el gerente, Vicenç Martinez; la coordinadora de trasplantes, Teresa Pont, y el jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados, Joan Pere Barret.

La operación duró 27 horas y al paciente se le trasplantaron los dos tercios inferiores de la cara, el cuello, la boca, la lengua y la faringe, un trabajo que ha consolidado el centro como uno de los referentes mundiales porque es la primera vez en el mundo que se realiza un trasplante de esta complejidad.

El paciente había sido evaluado en diferentes hospitales internacionales como la Clínica Mayo o Harvard pero lo consideraron inoperable. Dada la evolución de su enfermedad, el Equipo de Trasplante de Cara de Vall d'Hebron creyó que la única opción de tratamiento era extirparle el tumor y los tejidos deformados, y reconstruirle el rostro con un trasplante de cara.

Tras la intervención, realizada en febrero, la evolución del paciente ha sido satisfactoria, similar a la de cualquier paciente trasplantado. Durante las semanas posteriores, realizó rehabilitación y le ajustó progresivamente la toma de inmunosupresores. Buena parte del hospital ha participado en este caso, desde Cirugía Plástica, Anestesia, Trasplante Hepático, Neurorradiología intervencionista o Cuidados Intensivos, durante la operación, a personal de enfermería y auxiliares de la Unidad de Quemados, el Servicio de Rehabilitación, el de Nutrición y Dietética o Psiquiatría.

El primer trasplante, en 2010

El primer trasplante de cara realizado en Vall d'Hebron, el primero total que se realizó en el mundo, se hizo en abril de 2010 a Óscar, un hombre joven que ahora hace vida normal pero que presentaba una deformidad grave en la cara causada por un traumatismo.

A causa de la deformidad, sufría graves problemas funcionales, como dificultades para respirar, hablar y deglutir, y debía respirar y alimentarse artificialmente. El traumatismo le dejó sin nariz, fosas nasales, y le deformó los maxilares superior e inferior, los pómulos, la zona nasoetmoidal, los labios, la boca y las partes blandas de la cara.

Por eso, le trasplantaron toda la piel y músculos de la cara, la nariz, los labios, el maxilar superior, todos los dientes, el paladar, los huesos de los pómulos y la mandíbula mediante técnicas de cirugía plástica y microcirugía vasculonerviosa.

Fuente: 20minutos.es