El origen de las autofotos o selfies puede rastrearse en las Photobooth, unas cabinas dotadas de cámaras que estaban emplazadas en lugares públicos y que datan de finales del 1800.
En ellas se podía obtener una captura propia en espacios compartidos, pero de manera privada.
El fotógrafo Walter Plotnick decidió revisar “esos archivos” y armar una colección que recorra 70 años de selfies femeninas en las citadas cabinas.
La colección consta de 35 imágenes que van desde el autorretrato hasta abrazos y besos lésbicos. En todos los casos se trata de capturas espontáneas.
Las fotos permiten asomar a peinados, sombreros y maquillaje vintage, con rostros naturales y sin rastros de cirugías, bótox o metracrilato.
1900