Kohler cita un informe confidencial de la Nasa sobre una misión del transbordador espacial en 1996. El proyecto clave STS - XX tenía como objetivo explorar las diferentes posiciones sexuales que es posible realizar en un ambiente de ingravidez.
En el experimento se pusieron a prueba veinte posturas sexuales, de las que fueron elegidas las mejores diez. Los dos humanos-cobaya que protagonizaron la misión lo hicieron en condiciones reales de gravedad cero. Los resultados fueron grabados en vídeo, pero la cinta fue considerada tan sensible, que incluso los directivos de la Nasa sólo vieron "una versión censurada".
La conclusión del experimento es que sólo fue posible realizar cuatro posturas sexuales sin "asistencia mecánica". Las otras seis seleccionadas necesitaban un cinturón elástico especial y un túnel inflable, al estilo de un saco de dormir.
Una curiosidad es que "la clásica postura del misionero, que es tan fácil en la Tierra, simplemente no es posible en gravedad cero".